En el año 2018 Rose Salane compró, en una subasta en línea, una colección de 94 anillos de propiedad no reclamada, publicada por la División de Recuperación de Activos de la Autoridad de Tránsito Metropolitano (MTA en sus siglas en inglés). Cada anillo se sometió a un conjunto de tres pruebas, complementarias aunque extrañamente disonantes, con el objeto de obtener información que los anillos pudiesen, o no, contener en sí mismos. Fueron tasados por un joyero, examinados por un lector intuitivo y laboriosamente inspeccionados por la artista en un laboratorio de biología comunitario para buscar rastros de ADN mitocondrial (dejado por su propietario anterior, o de quienquiera que lo haya encontrado y transportado a la oficina de objetos perdidos, del empleado que recibió, clasificó y guardó el artículo, o incluso de la propia artista como la última de sus manipuladoras). La pieza busca reconocer las nociones de conocimiento que podemos obtener de un objeto simple y común, pero que puede proporcionarnos datos vastos y expansivos y, a la vez, limitados.
A través de largos procesos de investigación multifacéticos y poco convencionales, que incluyeron la recopilación de información material, genealógica y espiritual, se obtuvo una valoración más subjetiva y especulativa. Los resultados fueron variados y no concluyentes. Las pruebas biológicas arrojaron datos escasos y, en la mayoría de los casos, nada significativa. El lector intuitivo solo pudo formular algunas cuantas conexiones con un puñado de anillos. Pero el examen del material proporcionó información más consistente, ya que tipo el anillo se puede identificar por su piedra, tamaño, forma, color, peso e inscripción.
El trabajo de investigación y el hecho de no encontrar respuestas concretas, enfatizaron la atención hacia los propios procesos de trabajo involucrado y las herramientas que se usaron para intentar descifrar la información obtenida. La extracción de ADN destacó, a nivel microscópico, la sensibilidad de las infinitas capas de información que dependen más que nada del azar. Un objeto puede contener rastros significativos de información, pero la pregunta es, si esa cantidad de información es suficiente y significativa para ser clasificable y si se cuentan con los elementos necesarios para verificar la precisión de los datos obtenidos. El resultado mostró que era casi imposible revelar el verdadero origen de las piezas. El lector intuitivo aportó una evaluación meditativa de cada anillo y pasó horas sosteniendo cada uno de ellos, hablando sobre las ansiedades de los propietarios y lo que estaban haciendo en el momento de perder el anillo. Este proceso de conexión espiritual, fue casi tan laborioso como la extracción del DNA.
La pieza integra el resultado completo que incluye los procesos de investigación en el laboratorio y las evaluaciones y percepciones recopiladas, con el objeto de llevarnos hacia la reflexión de las múltiples nociones de valor y verdad que podemos obtener mediante una sucesión de contextos, espacios e individuos que abarcan desde una pequeña comunidad hasta municipios y regiones.
La relación entre los anillos que se ponen a la vista y el pasado de los propietarios que los perdieron es íntimamente dialéctica —tan frágil como el resultado de las intimidades que sugiere cada objeto y, por lo tanto, se disuelve al desvincularse de su pasado. Si bien el valor y el significado de cada anillo, a los ojos de su propietario anterior, sigue siendo inaccesible, la información recopilada permite establecer una enorme cantidad de significaciones que van más allá del objeto. A pesar de que existen posibles lagunas en el conocimiento, o en la conexión entre los anillos y sus dueños originales, tales incógnitas permanecen incrustadas en la historia de ambos agentes y quedan preservadas, a pesar de la posible falta de una tecnología, mecanismo o sistema interpretativo (científico o chamánico) que nos permitan revelar sus verdaderos y originales secretos.
Información y datos recuperados del catálogo de la exposición.
Publicado y compartido en el sitio de la artista.
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