Dejha Ti y Ania Catherine son un dúo de artistas que radican en Los Ángeles y Berlín, cuya práctica combina ambientes, performance y tecnología creativa.
Este par de artistas conceptuales han logrado fusionar sus experiencias individuales en obras unificadas e impecablemente bien logradas; por un lado, Ti cuenta con amplia experiencia en el arte inmersivo e interacción humano-computadora (HCI Human Computer Interaction), y Catherine, es una reconocida coreógrafa, artista de performance y académica en estudios de género de la London School of Economics.
El trabajo de estas artistas concentra experiencias inmersivas, atrayendo al público a mundos idiosincrásicos. Sostenido en la comprensión de que la inmersión no es solo un estado físico, sino también emocional y psicológico, su obra se define por el matiz dentro de la escala emocional, produciendo una sensación en lugar de un espectáculo.
La obra de Ania Catherine y Dejha Ti, es crítica y experiencial, cuestiona la relación entre el ser humano y las tecnologías extractivas, creando piezas de arte experiencial inmersivo que desafía nuestros encuentros, casi siempre pasivos, con la tecnología y magnifica nuestras decisiones cotidianas aparentemente inocuas que alimentan el poder ilimitado de Big Tech.
Desde el 2016 han trabajado sobre la relación de la sociedad capitalista y las tecnologías de vigilancia, este estudio les permite abordar el tema de confinamiento que se destapa con la pandemia del Covid-19, momento histórico que inclinó nuestro mundo fuertemente hacia la esfera digital.
Su instalación seminal On View juega con el deseo de la audiencia de ser el sujeto mismo de la experiencia artística. Después de firmar el acuerdo de "Términos y condiciones" al comienzo de la experiencia, los espectadores se someten a una serie de interfaces digitales y escaneos de reconocimiento facial, doblegando su propia voluntad a la decisión de las artistas quienes presentan las imágenes de los visitantes como obras de su propia creación.
Al final del recorrido la gente preguntaba dónde podían conseguir su foto o si había un código QR para bajarla. "Decidimos no compartir las fotos, como una manera de mostrar que, todos los días, las redes y plataformas electrónicas recopilan enormes cantidades de información sobre nosotros que nunca nos comparten, no tenemos acceso a la información que estas empresas tienen de nosotros." Con esta pieza se cambia la narrativa de un momento a otro, al entrar y posar para la cámara, la gente se siente poderosa, ven su propia imagen convertida en obra de arte, pero al final, al no poder acceder a ella, al no poseerla, se les despoja de ese poder y se dan cuenta de que han sido utilizados y objetivizados.
Ania y Dejha hicieron uso de una red cerrada para garantizar que los datos que recopilaron a lo largo del proyecto se mantuvieran seguros, "imitando el problema que está sucediendo como una forma de exponerlo".
On View desafió al público a confrontar la realidad con su percepción del poder (o la falta de poder) en un momento en que la tecnología está a disposición de las personas y sus deseos.
Viviendo sus fantasías de hipervisibilidad, los participantes mantuvieron poses previamente planificadas durante quince segundos absurdamente largos, reconociéndose gradualmente como títeres marchitos en lugar de titiriteros. Las artistas compartieron que, durante esos quince segundos, "hubo muchas sonrisas derretidas".
Sin embargo, la visión artística de Ania y Dejha no se reduce a una simple crítica pesimista del panorama digital actual. Después de todo, se conocieron y se enamoraron en Instagram: su algoritmo las reunió en un momento de éxtasis de ironía frankensteiniana. "Sería realmente aburrido si solo hiciéramos una práctica en torno a criticar la tecnología. Al final, nuestra obra está más motivada porque pensamos que hay mejores prácticas y usos de la tecnología. Creemos en el potencial de conexión, creatividad, cambio social, eficiencia… la tecnología tiene mucho poder que puede ser transformador y positivo".
Hay una especie de optimismo cauteloso y utopismo autoconsciente, la tecnología está construida y diseñada por humanosy nos refiere directamente a la idea de innovación. El problema es hacia dónde queremos llegar con esas innovaciones. Mientras unos piensan que innovar es lograr llegar a Marte, otros quieren recuperar la estabilidad ambiental de nuestro propio planeta.
Aquello en lo que Ania y Dejha están innovando podría encontrarse en el nivel de su práctica artística, que habla desde sus propias identidades como mujeres queer. Al ampliar la lente del arte digital inmersivo más allá de su asociación típica con el espectáculo masculino, eligen trabajar para brindar a su audiencia una experiencia íntima que sea "generosa y abierta, que permita pausas e incertidumbre". Reconociendo que "lleva tiempo confrontar a alguien con el mundo que ha creado", basan su práctica en una cierta intencionalidad matizada, un respeto por la inmersión sensorial total y una comprensión del poder del trabajo duracional.
Información y fotos tomadas de:
https://www.clotmag.com/interviews/ania-catherine-dejha-ti-the-most-creative-and-critical-love-of-art-and-technology
https://www.contemporaryartissue.com/how-ania-catherine-dejha-ti-are-elevating-digital-and-immersive-art-2/
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