LA MEMORIA Y EL CUERPO
hoy que tendí la cama donde dormimos juntos,
me detuve a pensar en esos mapas de arena,
de caminos curvados y sinuosos, urdidos,
donde el éxtasis breve de lo eterno se vive,
y vi cómo en tres décadas, sus hilos trenzados,
nos ha dado certezas con su aceite y licores,
como aquel contrapunto, muy movido, devuelve
lo que fue en su presente, tu futuro previsto
entre guiños y ecos, con las sombras pasando
de las esencias dulces a rencores amargos;
caricias en los sueños y palabras insomnes,
el amor, en novelas, películas y en artes
que hemos encarnado como torpes actores
que improvisan y caen entre nubes desnudos...
UN SUEÑO REALISTA
Donde puse dos piedras, largas sombras como espejos de nada
se producen, después de que despunta la mañana en el valle;
busco a tientas los lentes, el reloj, el teléfono móvil.
En los profundos óleos de mis sueños, todavía sumergido,
la luz de mi conciencia recorre mi esqueleto y, por mis venas,
me acuerdo cuando anoche me decías, en la vibra metálica
de años compartidos, que en duelo se convierte el matrimonio,
que nada nos prepara para el odio, ni el olvido perdona,
sino aquello que rima el pensamiento, con los hechos fortuitos
o las causas solares, estrellas del destino, como suerte perduran.
Los adioses, las llaves, nuestras fotos y las de cada uno,
el cuadro que entre ambos colgamos en la sala, las plantas olorosas,
los libreros utópicos, las claves de la tele, concéntricos adornos;
caracoles que guardan el amor, como el rumor del mar está presente
en la espiral pulida, al interior que un molusco habitó; cangrejos
habrá después acaso como siempre, la interacción bilógica.
Pero no sé, mi pena, acaso laboriosa, se despierta perpleja.
No hay tiempo que perder, por nuestra vida pasa a contrapelo
exhibir confesiones, desdichas, novelas sinceristas; no viene
al caso nunca; las cosas repentinas, aleatorias, son un sueño realista.
RAP
Cuando estés en tu sueño será clave
el sentido del giro de la llave;
de izquierda a derecha será un ave
y de derecha a izquierda un agave.
No dejes que la lluvia te socave
ni que con tibio lodo te relave
porque, en todo caso, será grave
lo que pasa seguro como suave.
Busca la luz palpable que te lave
el paso que desnudo se deslave,
con música tangible lo desclave.
Y si no te amanece que reagrave
su imagen pasajera, motonave,
para que el río contigo se reoctave.
Entonces... ¿qué te pareció?
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