SOBRE LA VIOLENCIA
El aevum de la violencia*
Quienes formábamos parte de Producciones Dobo[1] —como apunta Giselle Gómez en el año 2003–[2] no nos preocupábamos por una "estética grupal" que "predeterminara conceptualmente la producción"; nos motivaba el "intercambio entre artistas, amigos, socios, que permite diariamente la consumación de una obra".
En colaboración con Producciones Doboch realicé los documentales Bocarrosa (2000), Almacén (2001), Sucedió en la habana (2001) y Sucedió en la habana (Capítulo II) (2003); los dos primeros en coautoría con el artista Iván Rodríguez Basulto y el último con el editor Dull Janiel Hernández.
Luego concebí las maquetas de los capítulos III y IV de Sucedió en la habana, que abrieron paso al libro Otra isla para Miguel (Perceval Press, 2008) y su serie Cuentos cortos (2006-2008), compuesta por seis episodios: Episodio Negro, Episodio Gris, Episodio Rojo, Episodio Rosa, Episodio Turbio y Episodio en Off.
Entre 2010 y 2012 revisé todos estos documentales y sus descartes, para concretar las obras Sentémonos a conversar sobre la violencia y De cómo el verbo se hizo carne, interesado en tocar dos asuntos: la ficcionalización del documento y el imaginario de la violencia.
Los dibujos y el corto documental que componen Sentémonos a conversar…, estructuran un orfeón de relatos personales contados en primera persona, cuyo entorno minúsculo repasa los daños causados por la violencia estructural que habita la sociedad cubana: colectiva y cotidiana, expiatoria y política.
De cómo el verbo… retoma los mismos relatos y personajes, repartiendo aquellos entre estos para que los cuenten en tercera persona. El orfeón se extiende entonces sobre el rumor, cuya infidelidad respecto a determinadas verdades no es síntoma de ignorancia –como suele decirse–, sino la cara de otra fidelidad: el testimonio de un pensamiento social.
Contar a fulano el padecer de mengano une a los personajes, quienes, aun cuando no se conocen, se saben implicados en lo que es objeto de rumor: la violencia del nosotros contra los otros y viceversa.
Ficcionar el documento induce el aevum de la violencia. Para Frank Kermode, el término aevum no elimina ni espacializa el tiempo, antes bien, formula un orden de existencia en el que los sucesos no poseen principios y finales, existen en un in-between time volviéndose perpetuos sin llegar a ser eternos.
Tal es lo que trazan las relaciones entre dichos documentales y los storyboard de Sentémonos a conversar… y De cómo el verbo…, es decir, entre lo real y el segmento tomado de ello para construir la ficción: el fuera de tiempo de una violencia cuya durabilidad se muestra a su vez atemporal, creando una realidad interminable.
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Notas:
*Introducción del libro de artista Sentémonos a conversar sobre la violencia,
editado por Carlos A. Aguilera, serie Fluxus, Rialta, 2021
Ilustraciones de Henry Eric Hernández
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