Una triste noticia para el mundo de la cultura, en pasados días murió un grande de la filosofía de nuestros tiempos, Jean-Luc Nancy, crítico agudo de la sociedad contemporánea, alumno de Paul Ricoeur y Jaques Derrida y al que recordaremos por sus notables revisiones de los filósofos clásicos como Descartes, Kant, Heidegger y Sartre; pero también por sus textos sobre pensadores claves de la filosofía francesa del siglo XX, como Jacques Lacan, Georges Bataille y Maurice Blanchot. Nació en 1940 en Cauderán, pequeña ciudad a las afueras de Burdeos en Francia. Desde los años 70, poco después de graduarse en Filosofía en la Universidad de París, comienza a trabajar como docente. En 1987 obtiene el doctorado con una tesis que plantea el concepto de libertad como una forma de propiedad individual, revisada por Jean-François Lyotard y Jacques Derrida, será publicada en 1988, bajo el título de L'experience de la liberté ("La experiencia de la Libertad"). Nancy, desde muy joven, sufría de una mala condición física, hacia principios de los años 90 debe someterse a una grave operación, fue el primer trasplante de corazón que se llevó a cabo en Francia. En el difícil curso de su recuperación, es diagnosticado de un tipo de cáncer provocado por los medicamentos para inhibir su sistema inmunológico, necesarios para que su cuerpo no rechazara su nuevo corazón. Nancy abandona la docencia, pero continúa escribiendo con intensidad. De esta época nace el libro Le sense du monde ("El sentido del mundo", 1993) una reflexión sobre la experiencia contemporánea de vivir insertos en un mundo del cual no podemos desprendernos… «tener sentido» significa disponer de una dirección, y por lo tanto requiere de algo separado, «algo otro», en referencia a lo cual orientar ese sentido. Hoy , sin embargo, ya hemos hecho ese tránsito que prescribía la interpretación del sentido, y no nos queda ningún «otro mundo» (ni más adelante en el porvenir, ni enfrente nuestro hacia oriente, ni aún sobre nuestras cabezas más allá de todo mundo), ningún «afuera» (ni siquiera utópico), en relación al cual ir en algún sentido. Aún más: ya no podemos saber siquiera en qué sentido del mundo es el fin del mundo en el cual es significativo hablar del sentido en ese sentido. Pero quizá, el más profundo texto que surge de esta experiencia es L'intrus ("El intruso", 1994), texto que, desde el mismo título, nos lleva hacia la reflexión de su experiencia de portar, en su propio cuerpo, un órgano intruso; un ensayo revelador y pionero en el desarrollo de una filosofía contemporánea del cuerpo que parte del hecho de que el cuerpo es una expresión ontológica del ser humano. El intruso se introduce a la fuerza, por sorpresa o por engaño, en todo caso sin derecho y sin haber estado previamente admitido. Es necesario que haya intruso en el extraño, sin lo cual éste pierde su extrañeza. Este texto, además, fue inspiración para una película, estrenada en el 2004 con el mismo título, bajo el guión y dirección de la cineasta francesa Claire Denis.[1] Nancy no sólo logró sobrellevar su frágil condición física, sino que venció al cáncer e hizo suyo ese corazón intruso, el cual le permitió llegar hasta los 80 años. De ahí, podemos entender su interés hacia temas sobre la vida y la muerte, la humanización y des-humanización, el padecimiento y el síntoma de las sociedades contemporáneas. Otra de las grandes obsesiones del filósofo francés fueron los temas del arte, la imagen y el cine. Es larga la lista de ensayos que publicó alrededor de estos temas, entre los que podemos destacar La Mirada del Retrato, El Arte Hoy, La Evidencia del Filme, además de un centenar de artículos que, muchos de ellos, pueden encontrarse fácilmente en la red. Nancy nos enseñó que hay muchas maneras de pensar y generar imágenes, tanto en el pensamiento como físicamente, y la más poderosa es la palabra. Con los sentidos se crean imágenes que buscan representar y evocar (imago, visum, eidos —είδος-εος), pero la palabra es la única que logra crear imágenes mixtas, irreales y que no tienen referente físico. El arte de crear imágenes con palabras permite que la mente se mueva de otra manera y transite por los territorios de la vida y la muerte. La imagen da forma a algún fondo, a alguna presencia retenida en el fondo donde nada es presente, a menos que todo sea en él presencia igual a sí, sin diferencia. La imagen separa, difiere, desea una presencia de esta precedencia del fondo según la cual, en el fondo, toda forma sólo puede ser retenida o huída, originariamente y escatológicamente informe tanto como informulable. Así, la imago romana es la aparición del muerto, su comparecencia entre nosotros: no la copia de sus rasgos, sino su presencia en tanto que muerto. Nancy trabajó de forma cercana con artistas y cineastas, esto le permitió entender la expresión artística desde su campo (la filosofía) así como desde la práctica. Sugiere que debemos entender que no hay una forma de definir el arte como uno, sino como una multiplicidad de prácticas heterogéneas a las que podemos aproximarnos, contagiarnos, rozarnos, e incluso excluirnos. No existe un arte universal, absoluto o indivisible, sino que hay muchas artes, obras de arte, prácticas artísticas y artistas. Esto le lleva a el uso de una figura —retórica en cierto modo— para referirse de modo genérico al arte, el gesto: ¿Qué es un gesto? No es ni un movimiento ni el trazado de una forma. Un gesto, de manera general, quiero decir en la vida, se podría decir que es el acompañamiento de una intención pero que, en sí mismo, permanece extraño a la intención. [...] El gesto es un dinamismo sensible que precede, que acompaña o que sucede al sentido o a la significación, pero es sentido sensible. Mckeane afirmó: "Debe recordarse a Nancy por ver a los humanos no como mentes aisladas, sino como seres encarnados que crean significado a través de nuestros sentidos". Así, le decimos adiós a Jean-Luc Nancy, pensador fundamental de la filosofía y de la estética contemporáneas, que defendió las propuestas de la necesidad de la pluralidad de las artes y de la experiencia única e infinita que provoca la contemplación de una obra de arte. La mirada de la imagen es un guiño de la libertad que nos hace señas.
“Sleep Well” by Jean-Luc Nancy Esta pieza, realizada por Jean-Luc Nancy en enero de 2018, fue parte del proyecto Noche de las Ideas, un evento mundial de toda la noche iniciado por Francia que se celebra simultáneamente en más de 50 ciudades. Night of Ideas se presentó como parte de la inauguración de la exposición del Museo de Arte, Figuras del sueño y reunió a artistas, escritores, filósofos, historiadores, neurocientíficos y otras mentes inquietas internacionales para abordar temas tan amplios como la neurociencia del sueño, el significado del tiempo de inactividad, el impacto en la salud del insomnio, la importancia cultural de soñar y la arquitectura y la política del sueño.
(Le sense du monde)
(L'intrus)
(La imagen: Mímesis & Méthexis).
(El arte hoy).
Creada en asociación con el Servicio Cultural de la Embajada de Francia en Canadá y el Hart House, el Museo de Arte, fue una de las primeras instituciones canadienses en participar en la Noche de las Ideas.
https://mubi.com/notebook/posts/transplanted-territories-claire-denis-s-l-intrus-2004
El Rizo Robado les comparte tres textos de Jean-Luc Nancy
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