Ejercicios de Mística Urbana

Un libro de Dan Russek

Julio, 2021

 

Este es un libro de esos que es imposible catalogar en nuestra biblioteca personal, es poesía, es prosa poética, es fotografía y tiene algo de ensayo, ensayo que, además, raya en lo filosófico (aunque Dan parece renegar un poco de su formación filosófica, lo trae en la pluma).

 

Con sutil ironía, Russek nos permite encontrar, a través de sus imágenes, la belleza de lo más nimio, sea una coladera, la textura de una piedra, el color de una pared; ¡vaya!, hasta hace sublime la vista de un cheeto abandonado en el pasto… Cultivar el gusto por la pintura y la poesía no es radicalmente distinto a cultivar el gusto por las texturas, los reflejos y las estructuras con las que nos topamos todos los días.

 

Estos Ejercicios son un recordatorio de que todo lo que hay en el mundo es factible de ser convertido en poesía, todo lo que hay en el mundo debe sorprendernos. La sorpresa es lo que alimenta su imaginación y el asombro es el ingrediente principal.
 
La vida diaria y el acontecer de lo cotidiano en las grandes urbes las transforma en expediciones en busca de geometrías escondidas y texturas sugestivas, que pasan desapercibidas para nuestros ojos no entrenados con esa delicadeza casi obsesiva que tiene la mirada de Dan Russek. Así, una mancha, la sombra de un árbol, las alcantarillas o las perchas para bicicletas, serán la sustancia de su poética visual. Russek es un hedonista de la mirada, compulsivamente encuentra lo bello en cualquier estructura o artefacto del mobiliario urbano y registra obsesivamente todos esos, a veces involuntarios, tatuajes citadinos.

 

De la imposibilidad de elevarse a la altura del (verdadero) misticismo, surge un cuasimisticismo que camina con los pseudópodos del espíritu, a la manera de unas muletas literarias para ángeles caídos o aterrizados de emergencia.

Pero lo encantador de este libro es que no todo es mirada, también es reflexión, es análisis, es poesía y algo (o mucho) de divagación. Bajo el formato de breves reflexiones, un poco a la manera de un diario íntimo, Dan nos habla de ese Ser-Urbano, casi como manifiesto de supervivencia. Recorre no sólo las calles y avenidas de las ciudades, sino también las veredas de la literatura y la poesía. El agua, la danza, el polvo, un muro o un automóvil serán los pretextos para rendir pequeños homenajes a los autores de los que el propio Russek se ha alimentado, y encontramos así, varias llamadas de los que parecen ser sus predilectos, como Borges y Cortázar, además de breves asomos de tantos otros como Alfonso Reyes, Neruda o Pedro Salinas.

 

La mística russekiana es un complejo entramado de sensibilidades que casi no tiene nada que ver con la divinidad ni cuestiones de fe. Es un ejercicio que gira entre la metáfora, la alegoría y la ironía franca. La mística, esa mala palabra que está en boca de todos, la extiende a todos los lugares, pero no sólo de lo urbano, Dan es capaz de encontrar auténticas revelaciones epifánicas en todo acontecer; desde la mística del proletario, hasta la plegaria del ateo e incluso se atreve a colocar a Parménides de Elea en medio del periférico (entre San Antonio y Mixocac) para reflexionar sobre una especie de metafísica del concreto.

 

Una pared de la infancia

Atesoro este recuerdo, para mí arquetípico, de la construcción de un muro. Observo cómo, uno tras otro, se van acomodando los grises ladrillos en una hilera sobre la que se ha esparcido, en una suerte de austera repostería, cemento fresco. A la manera de un toque maestro, el albañil golpea levemente con el mango de su paleta cada ladrillo que coloca, para mejor asentarlo. Quién fuera constructor para dejar en el mundo la obra perdurable de sus manos.

Un texto delicioso y divertido, acompañado de fotografías mágicas, o quizá es al revés, fotografías mágicas acompañadas de textos deliciosos y divertidos, estos ejercicios son una colección de epifanías coleccionadas por un filósofo, con alma de poeta y mirada de fotógrafo que deja un registro de vida de sus aventuras en busca de la captura permanente de la belleza urbana.


Gabriela Galindo
Ciudad de México

 

Ejercicios de mística urbana. Poesía práctica
Bonilla Artigas Editores
2020
COMPRAR

 

 

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