
Fluxus
Por allá del año 2004 se presentó en el Museo Rufino Tamayo una exposición memorable titulada Una larga historia de muchos nudos, FLUXUS en alemania,1962-1994. Esta muestra reunió las obras de varios de los artistas que formaron parte de Fluxus, movimiento que se sitúa en el panorama artístico del siglo xx como respuesta a una serie de cuestionamientos sobre las formas tradicionales del arte, y la relación entre arte y vida que se habían gestado desde finales de los años 50. Esta muestra, documentó los festivales, conciertos y presentaciones más importantes realizados en suelo alemán de los años 60 a casi finales del s. xx. Dió cuenta de su internacionalización, del importante puente que significó entre Europa y Estados Unidos, así como de su proyección en el tiempo.
Organizada por el Institut für Auslandsbeziehungen de Stuttgart (Instituto de Relaciones Culturales con el Exterior), curada por René Block, Carola Bodenmüller y Gabriele Knapstein, curadores del mismo instituto, incluyó trabajos de artistas como Joseph Beuys, George Brecht, John Cage, Henning Christiansen, Robert Filliou, Ludwig Gosewitz, Al Hansen, Geoffrey Hendricks, Dick Higgins, Joe Jones, Ute Klophaus, Milan Knizak, Alison Knowles, Arthur Köpcke, Manfred Leve, George Maciunas, Nam June Paik, Benjamin Patterson, Robert Rehfeldt, Dieter Roth, Gerhard Rühm, Takako Saito, Tomas Schmit, Daniel Spoerri, Endre Tót, Ben Vautier, Wolf Vostell y Emmett Williams.
Una larga historia con muchos nudos
Fluxus es, en primer lugar, -explican los curadores- una red multidimensional de encuentros, representaciones, ideas y objetos que se extiende a través de un largo tiempo y muchos países; es un fenómeno cuyos límites son borrosos y difíciles de definir. Parafraseando a Lewis Carrol, es una larga historia con muchos nudos.
El primer festival Fluxus se efectuó en 1962 en el Städtisches Museum de Wiesbaden. George Maciunas, artista y empresario lituano formado en diversas escuelas de arte de Nueva York, había planeado una serie de conciertos para septiembre de 1962 bajo el título Fluxus Festival Internacional de Música Novísima. Durante cuatro fines de semana se presentaron artistas de diversas disciplinas con piezas de música de acción, happenings, eventos y composiciones de música concreta, cintas grabadas y películas.
A partir de entonces, el concepto Fluxus*, que originalmente Maciunas imaginó como título para una “revista internacional del más reciente arte y anti-arte, música y anti-música, poesía y anti-poesía”, sirvió para denominar conciertos y eventos, manifiestos y ediciones presentadas y publicadas en Europa, Estados Unidos y Japón. Aunque la revista nunca apareció, el concepto Fluxus se ha mantenido hasta hoy como el común denominador de las más variadas actividades artísticas, apuntan Block, Bodenmüller y Knapstein.
En un principio, Nueva York y las ciudades alemanas Darmstadt, Dusseldorf, Colonia, Wuppertal, Wiesbaden y Berlín fueron importantes puntos nodales; al mismo tiempo se desarrollaron intensas conexiones en Japón, París, Ámsterdam, Copenhague, Londres, Estocolmo, Praga y Madrid. A la larga, Nueva York —donde vivió Maciunas— y la República Federal Alemana —lugar de residencia o tránsito de muchos artistas— permanecen como los principales escenarios de Fluxus.
A finales de los años 50 y principios de los 60, artistas como John Cage, Nam June Paik, Maciunas, La Monte Young y Emmett Williams encontraron en Alemania un vigoroso desarrollo de la música nueva y la poesía concreta, el cual estimulaba planteamientos que trascendían los límites de los diversos géneros, reaccionando de inmediato a nuevos impulsos. La República Federal Alemana iniciaba una nueva orientación política, económica y cultural que dio lugar a un clima propicio para la experimentación artística, mediante la cual pudieron desarrollarse formas intermediáticas vinculadas con los movimientos de vanguardia de principios del siglo xx, comentan los curadores de la muestra.
En Renania y Berlín coincidieron artistas que crearon plataformas para sí mismos y sus amigos, así como galeristas y museos que consideraron irritante, y por lo tanto importante, la concepción del arte de Fluxus, y se dieron a la tarea de difundirlo. A la constante presencia de Fluxus en el escenario artístico germano-occidental contribuyeron también artistas como Joseph Beuys y Wolf Vostell, quienes recibieron de este movimiento un impulso determinante para su propio trabajo, y a pesar de algunos desacuerdos y distanciamientos, nunca abandonaron el contacto con ese círculo.
Block, Bodenmüller y Knapstein señalan finalmente que, con sus muchas y diversas raíces y formas de expresión, Fluxus se aparta una y otra vez de los intentos contundentes de definición y de una clasificación unívoca en la historia del arte.
* El nombre se deriva de la palabra latina flux que denota continuo pasar y fluir, haciendo referencia a la fluidez entre los medios o géneros artísticos.
En nuestra cápsula del tiempo, les compartimos algunas de las imágenes de obras que fueron parte de esta exhibición, para aquellos que no pudieron verla (o quizá, aún estaban en el kinder y no era materia propia para infantes).
Texto obtenido del boletín de prensa enviado por el Museo Tamayo en mayo de 2004. Las fotografías son cortesía del mismo.