Poema que fue leído en el Homenaje a Antonio Gritón,
llevado a cabo en el Museo de la Ciudad de México el 6 de diciembre de 2024.
Te traigo una flor, querido Gritón
para que hoy habites entre muchos colores.
Tu corazón de tela que se volvió lienzo
nos deja hoy mucho aún por plasmar.
La tarea es ardua, pero es alegre,
tu sonrisa es el trazo más vehemente.
Los listones de colores son tan sólo tus cabellos
y tu barba un pincel mágico y creador.
Todo tú eres una obra de arte,
un cuerpo sembrado en la tierra
de donde nacen flores.
La flor que hoy te traigo, ha salido de ti ...
Buenas tardes. Saludo a la familia, amigas, amigos y a todas y todos aquí presentes. Hoy es un día especialmente emotivo para mí. Un día como hoy de hace varios años trascendió una de mis abuelas, la otra apenas hace poco más de un mes. Va pues lo que sigue desde lo más profundo del duelo colectivo y compartido…
Grito, dice el diccionario, es la manifestación vehemente de un sentimiento colectivo. Sea pues este texto, como una ofrenda de flores para tu nueva morada divina, y para la humana, que es el corazón de todas y de todos, un grito siempre de esperanza…
Algo grita, ciertamente algo grita.
Madera o mundo o muerte ya cansada grita;
una huelga de ojos, de manos y de besos,
una huelga donde respirar no sea permitido,
una huega donde nazca el silencio,
y después… un grito.
No huyan gritos, o huyan
si así lo consideran necesario,
pero no modifiquen su estructura
queden sombra o barco encobijado en sombra,
rostro o imagen que se queda después de que no hay
recuerdo de los rostros.
Es verdad que los muertos tampoco duran,
ni siquiera la muerte permanece,
todo vuelve a ser grito…
¿Alguien ha conocido la realidad de sus deseos?
¿O ha visto en el lecho mortuorio, no su cuerpo
sino un penacho hermoso?
La muerte no puede desconocer
que ese grito es eterno…
Grito invisible que rodeas mi existencia,
sin que nadie se atreva a pronunciarte,
gracias a lo que gritas,
el mundo recomienza,
se abre como una flor.
No quiero decir que soy
en boca de otros su grito
ni su palabra soy.
Yo soy el otro…
El grito alejado de su cuerpo que padece frío,
el otro grito contemplado que contempla
lo asiduo del recuerdo que escudriña
la inmensidad de lo dejado atrás por otros gritos…
Yo no sé hasta donde se resiente lo vivido,
pues saberlo es simplemente estar ya muerto.
Seguiré siempre cantando lo prohibido,
y gozando de los frutos de este grito…
Compañeros canes:
Aprovecho esta concentración para tomar por asalto el grito
y decirles mi desdén, mi resistencia, mi furia.
¿Van a continuar luchando unos con otros?
En el jardín las flores no compiten unas con otras,
las flores nacen en silencio.
El arte es un jardín,
no un ámbito de lucha de todos contra todos.
Desde un cielo de golondrinas te saludo,
¿Escucharás el grito que sonríe?
Pero no estoy sola, no.
En la noche estalla la garganta del Gritón,
estalla con un grito deshojado y ronco.
No estoy sola, no,
y ahora me iré con el Gritón
a gritar en la noche
y a perseguir a la luz que guardó la luna.
La atraparé con un sombrero
tejido de sueños y amor infinito.
La alcanzaré con un grito
y la pondré en mis pupilas…
Hasta aquí las palabras hiladas y entretejidas de: Gioconda Belli, Evodio Escalante, José Emilio Pacheco, Max Rojas, José Revueltas, Enrique González Rojo, Raquel Olvera, Olga Arias, Roberto González y Belén Cecilia Juárez Mora.
Amigo Gritón, portavoz de muchos corazones quebrados,
del doliente silencio del acallado sin rostro,
de los más encumbrados, pero que también hablan por los de abajo,
de los que sueñan dormidos y los que duermen despiertos,
de la oscuridad que algunos sueñan como una pesadilla,
de lo inimaginable y lo inenarrable,
de lo más aberrante y lo más absurdo,
del dolor compartido,
el temor hecho techo y cobija para todos,
el terror de convertir lo ignominoso en cotidiano,
pero también de la imaginación que crea y construye,
que ama y habla desde la paz del corazón que la habita.
Que falta hará tu cabello libre,
tu barba milenaria,
tu pincel rebelde y sin miedo,
tus pasos serenos y sonoros,
tu voz,
tu grito,
grito grieta,
grito gracia,
grito guerra,
grito grilla,
grito grillo,
grito germinal,
grito grácil,
grito gutural,
grito al gorila,
grito al genocida,
grito al granizar,
grito al guarecer,
grito de Gritón.
En medio de la noche eterna,
un hombre emitió un grito,
quien dormía junto a él siguió durmiendo,
quienes habitaban la misma morada siguieron durmiendo,
quienes compartían la misma cuadra siguieron durmiendo,
aquellos aún más lejanos siguieron durmiendo,
pero nadie, nadie, notó que los cimientos de aquel sitio,
las raíces de los árboles debajo de ello,
se agritaban, se agrietaban tan fuerte, que todo, pronto, se iba a derrumbar.
Ese es el poder de un grito,
el renacer siempre de una esperanza.
Descansa Gritón,
que tu noche no es eterna,
y hoy, en este sitio,
irrumpe el alba.
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