La princesa y artista nacida en Turquía, Fahrelnissa Zeid (1901–1991), es mejor conocida por sus composiciones de arte abstracto a gran escala que combinan influencias bizantinas, islámicas y occidentales.
Formada tanto en París como en Estambul, Zeid fue una figura importante en el grupo de vanguardia turco a principios de la década de 1940 y en la École de Paris (Escuela de París) en la década de 1950. Sus vibrantes pinturas abstractas son una síntesis de influencias islámicas, bizantinas, árabes y persas fusionadas con enfoques europeos de la abstracción.
La reputación de Zeid como artista se consolidó en la década de 1950 cuando vivía entre Londres y París y participó en múltiples exposiciones. En ese mismo periodo, la artista comenzó a experimentar con la pintura sobre huesos de pavo y pollo, que luego vertió en paneles de resina de poliéster que evocan grandes vidrieras con reminiscencias de los antiguos vitrales bizantinos. En los últimos años de su vida volvió inesperadamente a la pintura figurativa, creando retratos estilizados de sus amigos y familiares.
Es fascinante su obsesión por la línea y el color deslumbrantes y una de las más grandes artistas del siglo XX que no debe ser pasada por alto. Nació cerca de Estambul, en la ciudad de Fahrünissa Şakir, dentro de una familia otomana de élite. Tanto su tío como su padre eran diplomáticos otomanos de alto rango y activos en el ejército del gobierno local, así como historiadores y fotógrafos aficionados. Su padre fue nombrado embajador otomano en Grecia y alentó a sus hijos a dedicarse a las artes y la literatura. La cercaníade la familia con las bellas artes los conectó con la cultura europea en Turquía.
Fahrelnissa utilizó el arte como una herramienta para la exploración espiritual sobre los aspectos físicos y técnicos de la creación artística. Prefería a los pintores que enfatizaban el color sobre la línea, la forma y el espacio, o sobre temáticas l rededor de la política o nacionalistas. Su trabajo se vio afectado por sus tragedias personales y varias crisis de salud mental que sufrió durante gran parte de su vida; su trabajo incorpora elementos de la abstracción, el barroco, el expresionismo y el fauvismo.
En 1934, cansada de la violencia e infidelidades de su esposo Izzet Melih Devrim, se divorció de él, algo no sólo inusual sino casi prohibido en su tiempo y en su tierra, y es una muestra de la fuerza e independencia de su carácter. Para entonces, ya había conocido al príncipe Zeid bin Hussein, miembro de la dinastía hachemita que durante siglos había gobernado La Meca y la región circundante de Hejaz, hoy parte de Arabia Saudita. Poco después de finalizar su divorcio, Fahrelnissa y el príncipe Zeid se casaron y ella se convirtió en princesa real y esposa de un diplomático.
Durante la década de 1940, alquiló un apartamento de 12 habitaciones en Estambul donde organizaba salones semanales para artistas, poetas e intelectuales, y otro apartamento de 3 habitaciones que usaba como estudio donde pintaba sin parar como un remedio para su permanente depresión y crisis de salud mental. Posteriormente se mudó a Londres y luego a París donde residió muchos años.
Finalmente, en 1975 abandona París a la edad de 74 años, y se mudó a Amman, Jordania, donde vivía su hijo, el príncipe Raad, con su familia. Estableció un estudio en casa y reunió a un grupo de mujeres jóvenes a las que comenzó a enseñar. Si bien las clases eran informales, Fahrelnissa hizo una contribución significativa al desarrollo de la escena artística en Jordania. Continuó trabajando y enseñando hasta su muerte en 1991.
Entonces... ¿qué te pareció?
Comenta, sugiere, disiente... nos gustará mucho escuchar tu opinión.
Contacto